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Por: JENNIFER D. KLEIN 05 de febrero 2018 , 10:02 p.m.
Hace poco, en Soledad(Atlántico), se dejó de mandar tareas a la casa desde las escuelas públicas, decisión que ha causado mucha polémica en la comunidad educativa colombiana. Sin embargo, yo aplaudo esa decisión: mucha tarea tradicional puede matar la motivación intrínseca de aprender.
No crecí con muchas tareas; eso nos dio a mis amigos y a mí tiempo para explorar y jugar, y de adolescentes nos permitía trabajar, viajar, hacer investigaciones, competir en deportes y tener muchas experiencias como aprendices en negocios y organizaciones conectadas con nuestros intereses.
Un buen paso es empezar a disminuir la tarea tradicional, que normalmente incluye hojas de trabajo repetitivas u otras cosas que no ofrecen mucho aprendizaje, e implementar tareas más relevantes para las edades e intereses de los estudiantes, que sí ofrecen oportunidades de crecer en conocimiento y como persona.
Este tipo de tareas surgen de la motivación propia del joven, no porque el docente haya puesto un sistema extrínseco de puntos y reglas, y la mayoría de los estudiantes lo harán voluntariamente en su tiempo libre.
Los docentes y padres de familia pueden medir la calidad de una tarea por medio de preguntas: ¿se puede describir la tarea como un buen uso de tiempo y conocimiento? ¿Añade algo al aprendizaje del aula? ¿Está basado en un problema o pregunta auténtica? ¿Incluye opciones de elección por intereses? ¿Es relevante para la edad del estudiante? ¿Va a despertar su curiosidad natural y provocar más preguntas? ¿Incluye oportunidades para utilizar la imaginación o crear algo? ¿Da chance de colaborar con los padres sin que ellos terminen la tarea por sus hijos?
Los muy jóvenes necesitan tiempo para ser niños. Explorar e investigar por medio de juegos organizados y espontáneos es una tarea importante para los más pequeños.Como se aprende a caminar y hablar haciéndolo, también se puede aprender trepando un árbol, investigando su ámbito local, usando su imaginación, haciendo encuestas con familiares o vecinos, visitando museos interactivos o parques nacionales, o tratando de entender cómo funciona una máquina desarmándola.
En cuanto a los preadolescentes y jóvenes, ellos necesitan oportunidades para aplicar sus aprendizajes y aumentar su conocimiento de una manera social. Por ejemplo, escribiendo blogs, creando videos, compartiendo opiniones en redes sociales o investigando sobre la vida de otros jóvenes en otras partes del mundo. En la adolescencia, los jóvenes deben tener oportunidades de profundizar sus intereses por medio de experiencias, prácticas, trabajos y viajes. Son años claves para encontrar su propósito y tener la oportunidad de ver la realidad de sus pasiones, adentro y afuera de su comunidad. Esto les ayuda a entrar a la universidad entendiendo lo que necesitan de ella para poder lograr sus metas.
Al final, yo diría que no debemos mandar tareas solo por hacerlo, deben cumplir con características de autenticidad y relevancia. Si hay que mandar tarea –en lugar de tiempo libre–, entonces tiene que ser un buen uso del tiempo, algo que motive a los estudiantes a ver cada minuto como una oportunidad de aprender algo nuevo.
Jennifer D. Klein*
Rectora del Gimnasio Los Caobos
*Autora del libro ‘The Global Education Guidebook: Humanizing K-12 Classrooms Worldwide through Equitable Partnerships’.
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